martes, 8 de noviembre de 2016

POLÍTICA



Impresionante caida del imperio romano. Odoacro derrocó Augústulo y se autoproclama emperador de Roma.

Batallón de ejercito germano avanzo sobre los defensores romanos hacia el palacio del emperador

Ayer por la mañana, Odoacro seguido por su ejército llegó a Roma por la rutas comerciales. Al llegar los valerosos soldados romanos lucharon a muerte para defender al emperador pero los enemigos eran demasiados y no lograron frenarlo.


Mientras los germanos les lanzaban montones de piedras que cubrían la luz del sol, los romanos no podían hacer mucho más que cubrirse con los escudos, y no les quedó más opción que esperar que los germanos se acercaran para tirarles jabalinas. Gracias a que los germanos no llevaban escudos lograron ponerse en ventaja pero esta situación no duró demasiado debido a la falta de jabalinas. Luego tuvieron que pelear cuerpo a cuerpo. Los romanos confiados por sus armaduras pensaron que podían ganar la batalla, pero los germanos los atacaron con mazos que les rompían los huesos pese a que llevaran protección.


Los germanos fueron tomando casa por casa desde todas las direcciones, obligando a los valientes defensores romanos a retroceder hacia el centro de la ciudad donde montaron su última línea defensiva.


Los romanos subieron armamento y hombres al techo del palacio del emperador donde les disparaban con catapultas y arqueros pero esto no fue suficiente,los germanos pusieron arqueros en cada rincón, rodeando el palacio y lanzaron una infernal lluvia de flechas diez veces peor a la de piedras que hizo que los romanos no pudieran asomarse por las ventanas ni tejados.


Aprovechando esta ventaja, los germanos, utilizaron el tronco de un árbol para derribar la puerta del palacio. Arrasando así todo a su paso, llegando de esta forma a la habitación donde se encontraba Augústulo con algunos de sus guardias, quienes se rindieron sin oponer la más mínima resistencia, por lo que fueron capturados y por suerte para los prisioneros no fueron ejecutados como comúnmente ocurría con los prisioneros romanos, en especial con los de alta importancia como un emperador a menos que pidieran rescate, porque era muy común entre ellos tomar a los romanos de importancia tanto senadores, como generales y así usarlos como rehenes, pero fuese cual sea el caso los dejaron con vida, tal vez para la vergüenza que sufrirían después.


Al día siguiente a la conquista de la gran ciudad de Roma, el rey germano Odoacro se autoproclamó emperador de Roma y desterró a los guardaespaldas del antiguo emperador Rómulo, al norte de África y al emperador destituido lo desterró a los Apeninos del norte, así llamado por los romanos pero conocido como Alpes por los demás, pero llegó más allá donde hay un bosque misterioso famoso por los salvajes, peligrosos e impredecibles bárbaros que la habitan que llaman Suiza.


Finalmente el nuevo emperador Romano Germánico, Odoacro Magno u Odoacro El Grande, como pidió que lo llamen, dice que dentro de cinco o seis años su nuevo imperio, (al que está en disputa de llamarlo Romano Germánico u Ostrogodo), florecerá y continuará el legado romano pero algunos dudan si alguien pueda rehacer lo que los romanos hicieron, Hasta entonces habrá que esperar.

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